martes, 9 de enero de 2007

Estoy aquí, sigo estando aquí y realmente a quien le importa, no sé.
Por momentos creo que estoy cruzando la delgada línea que une, que separa la cordura del desquicio.
Cuesta mucho irse, cuesta permanecer, cuesta regresar.
Pero en definitiva nada importa en un punto del infinito que puede ser mi vida.
En fin solo se que debo seguir en el camino, eso es todo.

1 comentarios:

Zerhecs dijo...

Puede que el tiempo sea una historia que avanza desaforada y ciega hasta el momento del corte final en un camino sin regreso; o puede que no.

Esa historia es cada una de las historias individuales, moleculares, atómicas, estelares o galácticas, de acuerdo a la escala en que la pienses, pero todas andan. ¿Avanzan? ¿Qué es avanzar?
Mirarse el fondo del alma hasta descubrir un día un gran agujero en el abdomen por donde ves las estrellas...
Descubrir con serenidad que los crepúsculos y los amaneceres nos alimentan tanto como el agua y nos emborrachan de quimeras...

Vienes y vas, vienes y vas; y vienes desde algún lugar de Quilmes, como yo, que compartimos en un lejano tiempo irreversible; un tiempo en el que, tal vez, nos brotó la tentación de la palabra.

Salud, ser galáctico.