jueves, 16 de septiembre de 2010

la serenidad del ángel

finos alambres de luz
destellan
en la noche de tu mirada.
la delgada llovizna
se descuelga del cielo
perlando tu pelo perfumado;
sé que esta noche será la última
sin embargo no lo siento así
creo que durará todo el tiempo
que yo permanezca con vida.
desatás tu alma en mis manos
permitiendo que tu deseo vuele
buscando lo que alguna vez perdiste;
no existe finalmente el tiempo
y el lugar es una circunstancia sin valor
cuando lo real, lo importante
es el sabor de tu piel
la temperatura de tu cuerpo
el sonido de tus manos
cuando buscan mis emociones
guardadas en la piel.
es todo tan simple
sin grandes misterios, pero...
tu voz susurra palabras
que consuelan la soledad de mis oídos
cuando finalmente llega la hora
que siempre supimos llegaría,
nos damos cuenta que todo el tiempo
estuvimos caminando hacia ella.
tu talle desenvuelto
acaba por llevarse las ternuras
dejando la tristeza en mis manos
pero yéndote lejos
sé que no me abandonás
y que te podré encontrar
sin buscar siquiera.

que triste...

que triste es ver
como maltratamos nuestra sangre
nuestra historia.
hierros y palos
contra la verdad inocultable
que pide a gritos
un poco de piedad, ya no justicia.
hiere el dolor ajeno
que ya no lo es tanto
porque es el dolor contra uno mismo
el de la propia sangre.
¡pero qué ciegos tenemos los ojos del corazón!
tan ciegos estamos que
no queremos ver quienes somos
no queremos ver de qué lado estamos
en realidad
porque en verdad todos somos del mismo lado.
¡qué necias esas manos!
que golpean y mutilan a sus semejantes
¡qué mezquina la vida suya!
que niega la vida de todos
¡qué corta la mirada que poseen!
pobres sus corazones, vacíos de sentimiento
sus manos huérfanas de caricias
sus ojos ciegos de ternura, pobres
¿ignoran acaso que están solos
que quedarán solos?
¡qué tan seductor ha de ser el poder
que pone ojerizas a sus corazones
que endurece como piedra sus labios!
pero aún así
nuestra sangre maltratada
sigue corriendo por las venas
llevando la urgencia de vivir
a cada rincón de esta ciudad
es que hay mensajes
que no pueden perderse, y
si con sangre deben ser escritos
con sangre se escribirán.

improvisación

es así...
abrir la aplicación, comenzar a tipear...
pensar sobre la marcha aquello que no puede ser pensado
vienen ideas vagas,
acuden apuradas para tratar de evitar el absurdo.
me río...
ja ja ja ja ja ja
me sigo riendo, sigo pensando mientras estoy tipeando
y me invaden otros pensamientos
otras ideas... imágenes dispersas.
me levanto, doy unas vueltas, regreso...
sigo siendo el mismo
a pesar de todo.
a pesar de mi propia risa
ja ja ja ja ja ja