domingo, 25 de enero de 2009

algunas palabras

pasan las horas lentas
pero sin pausa
gotean los segundos, los minutos
las horas son campanadas sordas.
tropiezo dos veces con la misma piedra
soy yo mismo, respiro aliviado
reconozco mis huellas
en medio del polvo del camino
en medio de tantos pasos perdidos
en medio de tantas palabras olvidadas
reconozco aquellas que alguna vez
parí en la media noche de antiguos dolores.

desearía poder suspender la vida, mi propia vida
par poder observarla desde afuera.
pero creo que seria una estupidez...

baja el extraño ruido
un oscuro presagio desde la nada
que reina
aúlla y aturde tus oídos
el ambiente
el silencio no pide permiso
pero en realidad quien puede decir algo
nadie puede hacer nada
que ya no haya sido dicho
el nocturno gemido
sordos crugidos
despierta la oscuridad,
adormecidos gestos
se demoran en tu cara.
una noche más, solo una más.

siempre...

siempre hay tiempo
para descubrir
el sonido de un pincel
deslizándose sobre la tela
del lápiz sobre el papel
de una gota de lluvia
rodando por la piel.

mundo abandonado, atestado
imágenes, íconos
sin soles
que carecen de valor, de significado
hasta cierto punto
reales a mis ojos
hasta cierto punto
necesarios a mis sueños...