martes, 12 de octubre de 2010

conversaciones casuales

conversaciones lejanas
desprovistas de interés inmediato
para mí,
diálogos extraños entre sí
que no buscan trascendecia alguna
solo palabras triviales
de cinco parejas
que sólo pasan un rato un domingo
                                   por la tarde.
y el aparente equilibrio que había se rompe
cuando una de las parejas se va
y luego otra más se levanta, se va...
y también la tercera,
tan sólo dos parejas
quedan sentadas, inmersas en sus conversaciones
aún desconocidas y extrañas para mi.
pero mi interés se diluye
como la tarde del domingo
porque llevo la mirada a otras mesas, a otras personas
igual de distantes y desconocidas
que lo único que tienen en común conmigo
es precisamente este espacio neutro,
donde escucho todas las voces
pero no distingo ninguna que me llame la atención
tal vez porque solo hay una sola voz:
la que escucho en mi cabeza.