jueves, 16 de septiembre de 2010

la serenidad del ángel

finos alambres de luz
destellan
en la noche de tu mirada.
la delgada llovizna
se descuelga del cielo
perlando tu pelo perfumado;
sé que esta noche será la última
sin embargo no lo siento así
creo que durará todo el tiempo
que yo permanezca con vida.
desatás tu alma en mis manos
permitiendo que tu deseo vuele
buscando lo que alguna vez perdiste;
no existe finalmente el tiempo
y el lugar es una circunstancia sin valor
cuando lo real, lo importante
es el sabor de tu piel
la temperatura de tu cuerpo
el sonido de tus manos
cuando buscan mis emociones
guardadas en la piel.
es todo tan simple
sin grandes misterios, pero...
tu voz susurra palabras
que consuelan la soledad de mis oídos
cuando finalmente llega la hora
que siempre supimos llegaría,
nos damos cuenta que todo el tiempo
estuvimos caminando hacia ella.
tu talle desenvuelto
acaba por llevarse las ternuras
dejando la tristeza en mis manos
pero yéndote lejos
sé que no me abandonás
y que te podré encontrar
sin buscar siquiera.

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